Son demasiadas preguntas
incluso para quien
no puede contestarlas.
Quizás pueda
guardarlas cual herbores,
y cocer con ellas
mi propio brebaje,
mi propia medicina;
sorber el té de mis dudas
de mis miedos,
abrazarlos
uno a uno, casi todos,
bebiendo
la infusión amarga
que me recuerda
que mi saliva
es dulce,
que así es
mi naturaleza.
Y lo amargo,
este amargor,
sólo depura
lo que necesita
irse.
Sofía
13/8/18
(premenstrual)
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