Hay un ojo en mí
del que están brotando lágrimas.
Puedo sentir como sale una
detrás de otra.
Hay un tercer ojo profundo
del que también brotan
ahora mismo,
gotas, pulsos, un ritmo...
Cambio.
Lo introductorio se expande
y se vuelve presente,
lo que vibra antes era tiezo,
lo que da miedo esconde
el tesoro de lo que nutre.
Muchos placeres
me quieren inundar,
me quieren comer,
me quieren tomar, y yo quiero
quiero que me saboreen entera,
sorber el néctar de lo que sienten de mí,
en mi, sobre mí, sobre todo ahora...
que la sangre esta disponible sin dolor.
Sin incisión,
sin incisivos dientes
ni rasgar la carne.
El placer, lo profundo...
Contradictorios,
complementan su beso
en la ronda de las estrellas.
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